Carles Tarragó
Un recuerdo para un Presidente y un Amigo
2020 será un año que dejará gran recuerdo en prácticamente nadie.
Al poco de empezar su singladura nos sorprendía un virus extraño, esquivo, que nos ha cambiado la vida, pero lo peor no es eso, sino las vidas que se ha llevado con él. También en el ámbito belenista, y una de las últimas, la del presidente de nuestra Federación Española de Belenistas, Carles Tarragó Gatell.
Para muchos de nosotros era más que un amigo, más que familia: un hermano del belenismo, en el amor por este arte y esta cultura por la que tanto ha luchado estos últimos años.
Con una gran y acusada personalidad, como antes decíamos, Carles era ante todo AMIGO, en mayúsculas, además de una PERSONA (nuevamente en mayúsculas) leal, cercana, cabal, atenta, constante y puntual, excepto cuando visitaba belenes dando la vuelta al país por Navidades, en que podía presentarse a ver los nuestros ¡¡¡de madrugada!!!, tras una kilometrada en coche. De hecho, 2019 lo comenzó en Guadalajara, diez años después de acompañarnos en el Congreso de 2009, recorriendo los belenes de nuestra ciudad y emocionándose con ellos.
Pocas veces hemos visto a alguien disfrutar y saborear como él cada detalle escondido entre escayola y musgo.
Además, Carles era serio y riguroso en el trabajo y amable y divertido en el trato, siempre usando la distancia corta, lo que le hacía cercano a todos. Siempre estuvo abierto a escuchar y tender puentes y a ser audaz, si la situación lo requería, en el tratamiento de algunas cuestiones o en el planteamiento de soluciones a problemas…
Personalmente no somos amigos de pésames ni tampoco de coronas para honrarle, aunque sea lo tradicional en nuestra cultura y sean un "estándar" social en nuestra forma de vivir un duelo, pero creemos que, para lo creativos que somos los belenistas, todo esto se nos queda escaso.
Los pésames, puntuales por naturaleza (y menos mal) hay que conseguir convertirlos en arrope real y continuado a las personas que más de cerca sufren una ausencia. ¿Difícil? Sí, pero no imposible. Las coronas o las flores, que se marchitan por muy bellas y caras que sean (hasta las de plástico se ajan), deberíamos sustituirlas por algo perenne que recuerde y perpetúe la memoria de quien ya no vemos o tenemos físicamente entre nosotros, pero con lo que logremos hacerlos ESTAR.
La huella de Carles en la Federación siempre estará ahí, como en su asociación de Tarragona y en el Museo de Belenes de Mollina, porque él era un gran autor belenista.
Gracias a su empeño personal, se ha dado un gran impulso al arte belenista logrando en su corto pero intenso mandato que el Ministerio de Cultura inicie por fin el expediente para la declaración del belenismo como Patrimonio Cultural Inmaterial de España, al igual que ha logrado unir los esfuerzos de todos los belenistas españoles entorno al Congreso Internacional que la Federacón organizará en 2023, celebrando los 800 años del milagro de Greccio. Muchas han sido las iniciativas y propuestas que hemos trabajado conjuntamente para llegar a estos objetivos y ahora nos guiará en el último tramo desde el cielo, junto al Niño Jesús en ese belén eterno para el que han querido contar con él lo antes posible. Ellos ganan allí con su presencia pero nos dejan un poco huérfanos aquí abajo.
De ahora en adelante Carles es y será nuestra luz, nuestro faro, la Estrella que nos guia al portal, nuestra risa blanca en las manos del Niño Jesús.
Gracias por habernos dejado ser amigos tuyos y por compartir tantos momentos con nosotros. Siempre estarás con nosotros. Descansa en paz.
Iñigo Bastida Baños y Miguel Ángel Martínez Fernández, In memoriam
Publicado en la revista de la Asociación, A Belén, nº 17 - 2020